Un nuevo método promete reciclar PET sin contaminar: hacia un reciclaje limpio y circular

Por: Alberto Rueda, Columbus Association. Fuente: Neetika Walter en Interesting Engineering.

Investigadores del Instituto Tecnológico de Georgia han desarrollado un innovador proceso mecánico que permite descomponer plástico PET (polietileno tereftalato) sin calor ni productos químicos tóxicos, lo que abriría la puerta a un reciclaje más limpio, eficiente y verdaderamente circular.

¿En qué consiste el nuevo método?
Se basa en la mecanoquímica, una técnica que emplea colisiones controladas entre bolas metálicas y fragmentos de PET para romper los enlaces moleculares del polímero. Todo sucede a temperatura ambiente, sin hornos, solventes ni otras sustancias químicas contaminantes.
Los ensayos mostraron que estos impactos generan zonas localizadas de presión y calor que fragmentan la estructura del PET, permitiendo recuperar materiales con la misma calidad del original.
Este método también reduce considerablemente el consumo energético respecto al reciclaje tradicional, lo que lo hace viable para plantas modulares y descentralizadas, especialmente en áreas con poca infraestructura industrial pesada.

IMPORTANCIA MEDIOAMBIENTAL
El PET, ampliamente usado en botellas, envases, textiles y bandejas alimenticias, es resistente, duradero, pero también problemático: puede tardar más de 400 años en degradarse en el ambiente.
Los métodos actuales de reciclaje degradan la calidad del plástico, requieren altas temperaturas y utilizan disolventes químicos, generando emisiones y residuos tóxicos.
Con este avance, podría mantenerse un ciclo continuo de reutilización del PET sin pérdida de propiedades, lo cual reduciría los desechos en vertederos u océanos, disminuiría emisiones y los impactos sobre la salud humana y los ecosistemas.

POSIBLES EFECTOS POSITIVOS PARA AMÉRICA LATINA
Este tipo de innovación no sólo ofrece beneficios globales, sino que tiene un enorme potencial para América Latina, si se adoptan políticas, inversiones y planificación adecuadas. Aquí algunas de las ventajas que podrían surgir:

  1. Descentralización del reciclaje
    Muchas regiones latinoamericanas carecen de plantas de reciclaje grandes, están lejos de centros industriales, o tienen infraestructura deficiente. Un método que no requiere hornos ni procesos químicos intensivos puede instalarse en plantas más pequeñas o móviles, acercando el reciclaje a comunidades rurales o zonas periféricas donde hoy el manejo de residuos plásticos es un reto.
  2. Reducción de costos energéticos y ambientales
    Al eliminar la necesidad de calor alto y disolventes, los costos de operación caen, al igual que las emisiones contaminantes. Esto es particularmente relevante para países latinoamericanos donde la energía puede ser costosa o depender de fuentes no limpias. Menos consumo energético y menos químicos implican menores impactos sobre los ecosistemas locales y la salud de la población.
  3. Mejora de calidad del plástico reciclado
    Si el PET reciclado mantiene propiedades cercanas al material original, se aumenta su valor comercial y se puede usar para una gama más amplia de productos. Eso puede incentivar la demanda local de PET reciclado, generar nuevas líneas de negocio, y reducir la importación de plásticos vírgenes.
  4. Fomento de cadenas circulares y empleo verde
    La adopción de este tipo de tecnologías puede generar empleo local en recolección, clasificación, procesamiento y comercialización del PET reciclado, siempre y cuando se formen capacidades humanas, se invierta en innovación y se implementen regulaciones que favorezcan los productos reciclados.
  5. Contribución a metas internacionales de sostenibilidad
    Muchos países latinoamericanos han asumido compromisos en cambio climático, gestión de residuos y desarrollo sostenible. Un método limpio de reciclaje de PET puede ayudar a alcanzar objetivos de reducción de emisiones, disminución de residuos sólidos urbanos, protección de biodiversidad, y cumplimiento de estándares ambientales exigidos por mercados internacionales.
  6. Retos a superar y condiciones necesarias
    o Inversión inicial: aunque este método promete menores costos operativos, se requerirá inversión en maquinaria, capacitación y logística para recolección y clasificación eficientes.
    o Políticas públicas de apoyo: incentivos fiscales, marcos normativos que reconozcan y promuevan el uso de plástico reciclado, regulación que sancione vertidos, programas públicos de sensibilización.
    o Infraestructura de reciclaje complementaria: aún será necesario tener buenos sistemas de recolección y separación de residuos plásticos, para que el PET llegue limpio al proceso mecánico.
    o Acceso a financiamiento y cooperación internacional: para apoyar la transferencia tecnológica, adaptación local del método, y pilotaje en diferentes contextos socioeconómicos.

CONCLUSIÓN
El método desarrollado por el Instituto Tecnológico de Georgia constituye un avance prometedor hacia un reciclaje realmente circular del PET, minimizando impacto ambiental, preservando calidad del material y reduciendo costos energéticos. Para América Latina, esta innovación representa una oportunidad tangible de transformar sus sistemas de gestión de residuos plásticos: acercando el reciclaje a comunidades lejanas, generando empleo, mejorando la salud ambiental y respondiendo tanto a demandas locales como globales.
Si los gobiernos, la industria y la sociedad civil latinoamericana actúan con visión, podría marcarse un punto de inflexión en cómo se produce, consume y recicla plástico en la región.

Alberto Rueda
Columbus Association

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